La tarde agonizo bajo la
oscuridad del crepúsculo, el
manto de su sombra la cubrió,
no se ven los diminutivos destellos
que dibujan el lienzo de la bóveda.
oscuridad del crepúsculo, el
manto de su sombra la cubrió,
no se ven los diminutivos destellos
que dibujan el lienzo de la bóveda.
El abanico de la primavera se marchito
de mis vestiduras: mustia son las
hortensias y las violetas, enmudecieron
el alegre cántico de las golondrinas y en
el jardín de mi vientre, las mariposas
asustadas huyeron porque la neblina que
llaman duelo enterró mi ruedo
sin costura en la tristeza.
de mis vestiduras: mustia son las
hortensias y las violetas, enmudecieron
el alegre cántico de las golondrinas y en
el jardín de mi vientre, las mariposas
asustadas huyeron porque la neblina que
llaman duelo enterró mi ruedo
sin costura en la tristeza.
Se fue mi día, feneció el resplandor
de mi mañana, se oculto el sol que
me alumbraba, solo en una noche se
hizo doloroso luto en el dédalo del cuerpo
y me cubrió el alma de negro sudario.
de mi mañana, se oculto el sol que
me alumbraba, solo en una noche se
hizo doloroso luto en el dédalo del cuerpo
y me cubrió el alma de negro sudario.
¿Qué brazo daré sino sea mi luto?
Si solo me abrazo al óbito de mis sueños
y en la densa neblina, camino taciturna
con mi viudez por el celaje de lo desconocido.
Si solo me abrazo al óbito de mis sueños
y en la densa neblina, camino taciturna
con mi viudez por el celaje de lo desconocido.
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