sábado, 17 de septiembre de 2016
Nos vemos en casa
Galilea tiene un lugar especial para los creyentes, pues fue el lugar que se vio crecer a Jesús. La orilla del lago fue el lugar de encuentro, de llamado de discípulos, de predicación, y de la mayoría de los milagros que Jesús hizo durante su ministerio.
Galilea fue testigo del poder y del amor de Dios. Y Jesús planificaba cerrar su ministerio en la tierra en ese mismo lugar.
Galilea iba a ser nuevamente escenario del milagro de la gran pesca y de la restauración de Pedro.
La promesa que Jesús les hizo a las mujeres para que la trasmitieran a sus discípulos, es la más esperanzadora que una persona pueda recibir: "Allí me verán."
Cuando pienso en cuántas veces decimos nosotros palabras similares a nuestros seres queridos o a nuestros amigos: "Nos vemos en casa."
Ésa fue la promesa de Jesús: 'Nos vemos en casa.' Y ésa sigue siendo su promesa para nosotros. El Jesús resucitado victorioso, lleno de vida inmortal, nos dice: 'Nos vemos en casa.'
El evangelista Juan nos recuerda que Jesús ascendió a los cielos para prepararnos un lugar (Juan 14), para 'vernos en casa'. No hay promesa que traiga más consuelo ante nuestra propia muerte. Dos veces ocurre esta frase:
_La primera vez, los ángeles dicen a las mujeres: "...va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán."
_La segunda vez, es el propio Jesús que anuncia: "...vayan a Galilea. Allí me verán."
Jesús resucitado nos dice hoy: "...vayan a Galilea; allí me verán." Pero no sólo allí: también hay una Galilea eterna, el lugar del encuentro definitivo. Allí nos veremos.
Feliz Día de Resurrección
Tu amiga
Mary Salinas
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